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Mensaje del 25 de febrero 2020

“Queridos hijos, en este tiempo de gracia, quiero ver vuestros rostros transformados en oración. Vosotros estáis tan inundados por las preocupaciones terrenales que ni siquiera sentís que la primavera está a las puertas. Hijos míos, vosotros estáis llamados a la penitencia y a la oración. Así como la naturaleza lucha en silencio por una vida nueva, también vosotros estáis llamados a abriros a Dios en oración, en quien encontrareis la paz y el calor del sol primaveral en vuestros corazones. ¡Gracias, queridos hijos, por haber respondido a mi llamada!”

 

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